MI PRIMERA VEZ...=)

Nervios…de exámenes, de reencuentros, de viajes, de actuaciones… pero los peores son los nervios de la primera vez, esos que hacen que apenas duermas, que no dejes de dar botes y mover continuamente las manos… que hacen  que quieras tirar el despertador contra la pared cuando suena a la mañana siguiente porque estás temblando y apunto de vomitar…esos son los nervios que aparecieron ante mi primera vez.

Así es como estaba allí el sábado por la mañana. Van llegando los niños y es hora de montarse en el bus para recorrer un nuevo trozo del camino. 25 niños, 5 monitores, 36 horas para disfrutar… pero acabado ese tiempo toca reflexionar: juegos que no tuvieron el impacto deseado, un taller que entretuvo, una charla escasa, piscina con socorrista pelma, velada improvisada pero exitosa, fútbol, piscina de nuevo, comida en la residencia y frio en las gradas de Zorrilla…eso fue lo que compartí con los niños… unos ratejos más distendidos y otros más tensos…pero al fin y al cabo momentos donde intentar enseñar lo que uno tiene, pero sobretodo de aprender como hacerlo.

Paciencia, tranquilidad, autocontrol, experiencia, situación, implicación, diversión, grupo, escucha, silencio, cariño, observación, descanso, cercanía, espacio, ilusión, crítica, motivación…son solo algunos de los adjetivos que se me han pasado por la cabeza este fin de semana y que creo que debo ir adquiriendo para poder trabajar día a día con los niños.

Pero esta vez por suerte (por pasar tiempo con ellos, los monis) o por desgracia (por no conseguir motivar a los niños) he compartido mejores momentos con mis compañeros de sudadera azul oscuro….

El domingo en la piscina Mafer me preguntaba que por qué soy monitora. Y además de la típica respuesta de que me gustan los niños, la respondí también que por noches como las del sábado. Porque el ser monitora y tener niños a tu cargo no te impide seguir siendo niña, todo lo contrario, te deja ser más niña que nunca. ¿o es que acaso hay otro momento, otro lugar donde poder divertirse de la forma en que lo he hecho este fin de semana?

Cinco monitores que apenas sabíamos nuestros nombres…pero enseguida nos pusimos manos a la obra. Y compartimos un fin de semana lleno de risas y buenos momentos…una comida en la que los niños debían comerse hasta los huesos del pollo, la piscina en la que nos arrugamos, en la que estuvimos poniendo a parir a la socorrista, en la que intentamos hacer juegos pero que solo querían aguadillas… luego unos pocos juegos más donde casi los monitores estábamos más motivados, con un pique en los pistoleros, más tarde una cena en la que ¡Cómo engullen los niños! Pero Manu, ¡que tienes el plato vacio y nosotros todavía estamos en la primera croqueta! Y por último la velada del furor…donde no hacíamos más que sumar y restar puntos…pero sobretodo no dejamos de cantar, saltar, subirnos a las sillas, bailar… y ¿cómo es eso? 3,2,1 uuuu, uuuu, uuuu. O ¡ese leones que capullo es! O mejor todavía ver como un tío de 1.90 se sube a una silla, todos los niños le miran y solo dice con todas sus fuerzas “ajslkfjal” y da una palmada….todos estallamos en risas. Pero en realidad…todo se resume a Marado, Marado… y así nació la mano de dios, Marado, Marado. 

Pero la noche no había hecho más que comenzar, todavía quedaba lo mejor…unas guardias de habitaciones… una luz que de repente se enciende y se apaga, un móvil que se estrella contra el suelo, una linterna que también se cae, un tío haciendo burlas detrás de la cama, un susto, dos ataques de risa, una botella de agua por los suelos, los zapatos por ahí… y ronquidos. ¡empieza lo bueno! Silencio… y de repente… una risa… una canción… una aventura…una linterna…

Empieza a hacer frio y Manu actúa… Moi ya estaba en su habitación… el pasillo enterito para nosotros. Una manta, dos mantas, tres mantas… un saco, dos sacos, un colchón, dos almohadas… otro colchón, otros dos sacos y otras dos almohdas, y todos a dormir… bueno todos… Tomeu y yo todavía teníamos un ratejo largo para charlar… bueno habrá que irse durmiendo…otro poquito más de charla…nos dieron las cuatro… y todos a dormir en el pasillo.

El domingo…fútbol, ese gran desconocido para el campus, sueltan un balón y a correr… Luego mientras Miri, Manu y Moi disfrutaban de la piscina… Tomeu y yo echábamos una cabezadita en los respectivos vestuarios… luego un poco más de comida, un poco de fútbol y piques sanos… y de vuelta a casa… 

Eso sí, antes había que tomarse la última caña, la del desahogo, la que mejor sabe, la de las risas, la de los recuerdos, la de las anécdotas, la de la confianza…

Mi primera experiencia se resume a un comentario de Mariyan: “es que solo os lo habéis pasado bien los monitores”… pues claro que sí, ¡aprender a disfrutar que sois niños!

Sin ninguna duda, volvería a repetir, con los ojos cerrados y por supuesto con las mismas personas. Gracias Manu, Tomeu, Moi, Miri por hacer fácil mi primera vez.

Por cierto niña, nuestra cena cada día nos va a salir más cara, gracias por seguir dándome confianza en cada paso que doy =)