Se dice que todos tenemos nuestro lugar en el
mundo. A algunos les es más difícil que a otros encontrarlo. Unos enseguida
descubren el significado de vivir en sociedad, y a otros les cuesta demasiado
tiempo darse cuenta que las virtudes son superiores a los defectos.
Pero sin embargo, todos tenemos en mente un
lugar en el que nos olvidamos de todo lo anterior. Nos olvidamos de lo pequeños
que a veces parecemos, pero donde nos damos cuenta de lo grande que es el mundo
que tenemos a nuestros pies.
Tú que me lees piensa en ese lugar a donde
escapas cada vez que no tienes fuerzas para demostrarle al mundo que vales la
pena. Ese lugar donde la rama más arisca
se convierte en la flor más bonita del mundo. Ese lugar donde la piedra más
fría te acoge y te da calor. Allí donde hueles las nueves y te encuentras a un
centímetro del cielo. Donde hoyes solamente el eco de tu respiración y el latir
de tu corazón.
Allí, donde los cristianos conversan con
Dios, donde los musulmanes escuchan a Alá y los ateos descubren lo que es la
voz interior. Sí, donde todas las personas tenemos un hueco propio, donde nos
sentimos libres, grandes, llenas….
Exacto, ese lugar en el que has comenzado
pensando. El tuyo puede ser ese donde sientes a tu familia cerca, donde te
diste el primer beso o simplemente donde sentiste por primera vez lo que era
vivir.
Vivir, ese verbo que pronto sabremos escribir
pero del que nos cuesta años y años saber su significado real, saber su
importancia y grandeza.
Sí, ese lugar donde muchos quieren huir para saber
de nuevo lo que significa vivir.
Cuando vamos creciendo nos damos cuenta que
no hace falta que recorramos kilómetros para llegar, porque sólo con que
nuestra mente vuele, el silencio se haga y el corazón descanse nos encontramos
allí de nuevo. Preguntándonos por qué existimos, apoyados donde tantos secretos
hemos confesado, descubriendo que a quien queremos realmente siempre a nuestro
lado es a aquella persona con la que imaginamos una conversación en ese
momento, una conversación plena, llena de tranquilidad, confianza y
complicidad.
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