Siento
indiferencia cuando corren las agujas del reloj porque sé que algún
día llegará ese beso lleno de inocencia.
El
recuerdo trata de imponerse al olvido porque el mundo no daría
vueltas si tu mirada desapareciera de mis entrañas.
Y
la ausencia decide esconderse tras unos retratos de papel que arden
cuando una lágrima recorre mi piel.
Amor
es inmenso, cariño es insultante… siento lo que siento pero pienso
que es violento.
Horas
perdidas llenas de vida, lento tic-tac y ansioso latido, tus ojos son
el sol de un día nublado.
Lágrimas
derramadas en un río que desemboca en el mar donde los sentimientos
sobreviven para algún día poder izar las velas.
Apariencia
de normalidad cuando en realidad mi mirada se detiene en tus labios
distraídos que algún día sellaré.
Juego
de palabras, escondite de sonrisas, rastreo de miradas, encuentro de
sentimientos, pañuelo de nudos y lazos… resignación a las normas.
Y
el camino que recorre tu cuello hasta acariciar tu oído con un dulce
y sincero te quiero no es más que un humilde principio
Porque
mi camino comenzó cuando tu mirada se detuvo en mí, ahora sólo
espero que el destino juegue a nuestro favor y que tus pies decidan
echar a andar para nunca parar.
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