¿Cómo es eso de que puede llover a la vez que
reluce el sol? Dicen que es la única manera de observar la belleza del arcoíris…
Pero no saber si lo que tienes que llevar es paraguas o camiseta de manga corta…
Pero de estos cambios tan bruscos y continuos
no es sólo protagonista el tiempo meteorológico… también nuestro corazón lo es
en muchas ocasiones. Un día puede que
parezca brillar y no verse ni una nube, pero que de repente caiga un chaparrón
sobre ti, como en esas películas donde el charco solo está debajo de ti y el
resto del mundo parece no empaparse, y se trata sólo de un amago porque de
repente aparecen los mayores rayos de sol que te empapan de vida. Y eso es lo
que merece la pena por encima de todo.
Siguen presentes los rayos de sol, y algunos
pequeñajos que en realidad son más grandes que tú, le siguen dando luz al sol
del día. ¿Por qué nos vamos a quejar? No hay motivos aparentemente…
Pero ya les ponemos nosotros, y llega el
momento en que no sabes si sacar el paraguas o la sombrilla… y te preocupas por
tener los dos abiertos, en vez de ocuparte: intercambio, no tenemos previsión
del tiempo, no sabemos cuál será la mejor protección, no nos arriesgamos con
ninguno de los dos… y la cagas, porque acaba el día y sigues pensando cual te
va a proteger mejor… y en realidad, en
realidad tienes miedo de mojarte y de tener calor, te decides por el punto
muerto en el que no sientas nada de las dos… pero olvidamos que eso es
imposible.
Contrastes de temperatura en un año son
normales, en diferentes estaciones, en diferentes días de la semana incluso…
pero ¿en un fin de semana? ¿Y en un solo momento?